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Constipación en el embarazo

Es un tema del cual muchas veces la mujer embarazada no se anima a hablar, pero que se da en la mayoría de los casos. Es importante cuidar nuestra salud gastrointestinal a lo largo de nuestra vida y ésta no es la excepción; además es bueno llegar al momento del parto habiendo podido evacuar los intestinos con regularidad (no dejes pasar más de dos días). Algunas veces la constipación se complica con hemorroides, y eso resulta muy molesto y doloroso, especialmente en el último trimestre del embarazo.

            Pero primero es interesante que sepas que, aunque tal vez ya tenías estreñimiento antes de quedar embarazada, en esta situación la constipación sucede de forma fisiológica: el aumento en la concentración de progesterona relaja el músculo uterino para permitir su expansión con el crecimiento fetal, y a la vez disminuye la motilidad gastrointestinal para permitir una mejor absorción de nutrientes. Esto, sumado a la inactividad física y a la presión ejercida por el útero aumentado de tamaño, suele ocasionar el estreñimiento, principalmente en las últimas etapas del embarazo. El peso del feto y la presión ejercida sobre las venas al momento de defecar también conducen al probable desarrollo de hemorroides.

            Por todo lo anterior, te quiero acercar una guía para evitar o mejorar este problema. De todas formas, no dejes de consultar a un profesional en nutrición para adecuar tu alimentación a tu situación personal. Algunos puntos a tener en cuenta son:

            *Aumentar la ingesta de líquidos (especialmente agua; evitá las gaseosas porque el gas va a distenderte el abdomen y el agua carbonatada que contienen puede causar acidez estomacal, y si tenés hipertensión también su contenido en sodio, como el de los jugos artificiales, será perjudicial).

            *Evitar el chocolate y el té; será más beneficioso elegir el mate cocido como infusión.

            *Aumentar el consumo de fibra:

1) a partir de un alto y variado consumo de frutas y verduras (al menos 3 unidades de verduras y 2 unidades de frutas); no  ingieras grandes cantidades de papa, cebolla o puerro porque producen distensión; las frutas más beneficiosas son cítricos y ciruelas, evitá la manzana pelada.

2) a partir de la ingesta de frutas desecadas como ciruelas (compotas).

3) a partir de yogures, especialmente los que contienen pre y probióticos.

4) a partir del consumo de frutas secas y semillas(especialmente lino)

5) a partir del consumo de cereales integrales (arroz, harinas), y sus productos de panificación y galletitas (elegir siempre con fibra, salvado, etc). Podés agregar salvado de avena o trigo a yogures y preparaciones.

*Poner una cucharada de aceite crudo a las comidas.

*Fraccionar las comidas en alrededor de 6 por día (desayuno, almuerzo, merienda, cena y dos colaciones).

*Realizar un desayuno sustancioso, ya que será un buen estímulo para el reflejo evacuatorio que ocurrirá luego de ½ a 1 hora aproximadamente de haberlo realizado.

*Tomar un jugo de cítricos frío y sin colar en ayunas siempre y cuando no tengas acidez estomacal.

*”Hacerle caso” al reflejo evacuatorio (ir al baño cuando sentís las ganas).

*Dedicarle el tiempo necesario al acto de defecar.

Espero que esta pequeña guía te sea de ayuda.


Publicado por la Lic. en Nutrición Francken Carolina


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